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Sobre mí

Soy Diana y desde temprana edad, me enseñaron el valor de estar presente para quienes transitan hacia la muerte. Las experiencias compartidas por mi madre, quien trabajaba en el hospital, sembraron en mí el deseo de ofrecer apoyo a quienes atraviesan la pérdida y el duelo. Con más de 25 años dedicados al crecimiento personal, he cultivado cualidades como la escucha activa, la observación cuidadosa, la calidad de presencia y el valor del silencio como herramientas esenciales en mi labor.
Mi compromiso y dedicación como acompañante han sido pilares fundamentales en mi desarrollo personal y profesional.
Estoy comprometida a seguir aprendiendo para ofrecer el apoyo más efectivo posible a quienes buscan apoyo y orientación en el proceso del duelo.

Soy Diana y desde temprana edad, me enseñaron el valor de estar presente para quienes transitan hacia la muerte. Las experiencias compartidas por mi madre, quien trabajaba en el hospital, sembraron en mí el deseo de ofrecer apoyo a quienes atraviesan la pérdida y el duelo. Con más de 25 años dedicados al crecimiento personal, he cultivado cualidades como la escucha activa, la observación cuidadosa, la calidad de presencia y el valor del silencio como herramientas esenciales en mi labor.
Mi compromiso y dedicación como acompañante han sido pilares fundamentales en mi desarrollo personal y profesional.
Estoy comprometida a seguir aprendiendo para ofrecer el apoyo más efectivo posible a quienes buscan apoyo y orientación en el proceso del duelo.

Soy Diana y desde temprana edad, me enseñaron el valor de estar presente para quienes transitan hacia la muerte. Las experiencias compartidas por mi madre, quien trabajaba en el hospital, sembraron en mí el deseo de ofrecer apoyo a quienes atraviesan la pérdida y el duelo. Con más de 25 años dedicados al crecimiento personal, he cultivado cualidades como la escucha activa, la observación cuidadosa, la calidad de presencia y el valor del silencio como herramientas esenciales en mi labor.
Mi compromiso y dedicación como acompañante han sido pilares fundamentales en mi desarrollo personal y profesional.
Estoy comprometida a seguir aprendiendo para ofrecer el apoyo más efectivo posible a quienes buscan apoyo y orientación en el proceso del duelo.

Sosteniendo, pero dejando ir al mismo tiempo.

(Henri Nouwen)

Instante fugaz

Mi primera experiencia

El cielo se teñía de tonos suaves al atardecer,

como si la naturaleza misma estuviera preparándose para recibir a un alma de vuelta a casa.

Sosteniendo su mano, le susurré al oído palabras de consuelo y gratitud.

Cada palabra era un bálsamo para su alma cansada,

cada caricia la expresión del amor infinito.

Con cada latido de su corazón y cada respiración profunda,

sentí la solemnidad del momento,

pero también la presencia reconfortante de una inmensa paz.

Aquella mirada tierna y serena, disipaba cualquier miedo o incertidumbre

que pudiera asomar en el umbral de lo desconocido.

Todo mi ser se entregó de una forma natural, llena de paz, calma y dulzura

 como extensiones innatas de mi esencia.

En silencio, la intimidad del momento trascendía las palabras.

Ese instante fugaz y tan sagrado, me hizo entender la importancia de acompañar

a alguien en el proceso de morir,

y que el amor, con su inmenso poder, había sido nuestro mayor guía.

Fue un honor haberla acompañado hasta su último suspiro.